Ser perezoso equivale a una gran inteligencia, dicen los científicos

Être paresseux est synonyme de grande intelligence, disent les scientifiques

Un estudio dice que ser vago es sinónimo de gran inteligencia, pero veamos juntos los detalles de este experimento que seguro despertará el interés de muchos de nosotros.

La pereza es una de las características generalmente juzgadas negativamente por la sociedad. Quien se limita a hacer lo esencial, quien no quiere trabajar fuera de sus propias capacidades y límites, es observado casi con desprecio por un mundo que evoluciona cada vez más rápidamente y que nunca duerme.

Ser vago es sinónimo de gran inteligencia

Una vez completadas las tareas diarias, la persona perezosa ya no tendrá ganas de ir al gimnasio, hacer jogging o realizar tareas del hogar que pueden posponerse para otro día, quizás cuando tendrá menos cosas que hacer durante el día. Ser perezoso también conduce a veces a privarse de un compromiso social aparentemente pacífico, como tomar una copa en el bar o cenar con amigos.

Pues bien, si tienes el «problema» de la pereza, debes saber que, según la ciencia, eres más inteligente que la media, porque esta característica está muy relacionada con las condiciones físicas y el consumo de energía.

Ser perezoso equivale a una gran inteligencia, dicen los científicos

Según un estudio canadiense de Current Biology, el comportamiento del perezoso es sólo el resultado de una evaluación inconsciente de la cantidad de energía desperdiciada durante determinadas actividades: el sistema nervioso humano tiende a optimizar el consumo de energía, característica que se manifiesta más fácilmente en el caso de individuos más inteligentes.

Los investigadores también llevaron a cabo un experimento práctico con una muestra seleccionada de personas, que habrían tenido que caminar cargando un pesado lastre hecho de una prótesis de pierna robótica.
Después de los primeros pasos, las personas con el coeficiente intelectual más alto comenzaron a adoptar una marcha extremadamente «perezosa», mientras que el resto insistió en forzar una caminata normal, lo que llevó a un consumo excesivo de energía.

Al final de este interesante experimento, los perezosos mostraron signos menos evidentes del estrés al que habían sido sometidos, mientras que los «fuertes» se vieron evidentemente más afectados por el esfuerzo inútil que acababan de realizar.